Esta es la gran pregunta, la que casi todos los padres se formulan cuando llega el momento de adquirir un instrumento de una cierta calidad.
En primer lugar existe un elemento primordial que es la materia prima: la madera. Existen infinidad de calidades y precios.
Hay que puntualizar que las maderas que se emplean para hacer un instrumento son siempre las mismas: abeto para la tapa, y arce para el fondo y demás partes, aunque eso sí, repetimos: existen muchas calidades diferentes.
Un buen juego de maderas para hacer un violín totalmente a mano puede resultar bastante caro, y aun más cuanto más tiempo lleve cortado.
Otro elemento fundamental en el proceso de fabricación es el barniz. El que se usa en los modelos de estudio es industrial y de baja calidad. Con los instrumentos hechos a mano se emplean barnices naturales, óptimos para proteger la madera y facilitar la sonoridad del violín.
El proceso de aplicación también tiene que ver: en un instrumento de estudio es relativamente rápido, mientras que un artesano emplea una cantidad de horas muy elevada.
Finalmente está la destreza del luthier, su habilidad o experiencia para crear un instrumento cuya sonoridad y cualidades sean las deseadas por los músicos: equilibrio, potencia o proyección, comodidad, calidad sonora o timbre, …
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